Como elevar la verdad,
Si el pedestal y altar están lejos de mí,
¿Como no verte con ojos de sábanas?,
Si el llanto derramado en el colchón está.
Quieres todo conmigo,
Y tus mañas son intenciones de mala calaña,
Tus entrañas consumidas están,
Mi organismo casi virgen,
Aunque derrotado como el Panecillo.
Quiero volver al primer palpitar,
Al primer beso,
Al primer baile,
A la primera melodía.
Olvidarme de todos los escaladores de tus montañas,
Encontrar mi propia inexplorada montaña,
Pero todo es en vano, te escapas,
Vuelas lejos de mi nido,
Águila arpía,
Lluvia bravía,
Manzanas rojas del edén,
Lejos de mi alcoba,
Lejos de mis manos,
Cerca del infierno,
Tu boca prisión dulce,
Mis manos y boca tiernos grilletes condenados a tú piel.
Caigo más de cien veces,
Tramposas palabras,
Cuchillos alados,
Sexo perpetuo,
Noche de odio y verano,
Noche de amor y de invierno,
Noches en vela.
Yo muero por el adiós,
Mi wasi está ya lejos de aquí,
Donde el amor no sea
solo piel,
Si no que viva en los ojos,
En el alma,
Sea brillante,
Sin vidrios ahumados,
y sin transitorios cinismos.
Escuchó a kilómetros una dulce melodía,
Convocándome a tumbar mi humanidad,
A desistir esta batalla,
Para volver en la máquina del tiempo,
Al lugar correcto,
Donde pueda tener la certeza del amor eterno,
Valiente,
Maduro,
Verdadero,
y donde el corazón vuelva a palpitar!
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