Mujer Cristal II



Dilapidado corazón,
ejecutaste tu peor acción,
discapacitadas las ganas,
jugando a ser mecánico,
termine vilmente aniquilado,
no es la primera vez,
recuerdo a la mujer de cristal,
y a la noche fatal,
y vuelvo al mismo lugar.

¿Quién podría responder?,
el destino como condena.

La cabeza mi peor amuleto,
el mundo a mis pies,
y yo sin hambre del gol,
quise ser como Miguel de Santiago,
y termine siendo yo el Cristo crucificado.

Ahí en ese cuarto oscuro,
se quedo mi fe,
y mi desesperanza,
el amor que espanta,
mi cuerpo y mi piel de vacaciones,
el derroche se muto a inmovilidad,
los lamentos entre trago y trago,
las oportunidades en vano,
no hay nada para mañana,
y cada día es peor,
con las horas aumenta mi desdén.

La mañana dejo de tener sentido,
comprobado que el motor averiado está,
son canciones de sarcófago,
olor a tumba,
ausencia de paz,
vehículo averiado,
me inundara la congoja mañana,
y con los días todo esto se acabara.

¿Quién podría responder?,
el destino actual es mi condena.

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