Herirse tanto y seguir como si nada,
Destruirse alma-cuerpo y levantarse por la mañana como si nada,
Es el duelo de tu amor desafío,
Es el antifaz de nuestro cajón
Es el café caliente de tu mirada cautivadora.
Todo fue por la belleza de tu piel consumida,
por tus besos hasta sangrar,
por tus pliegues desgastados,
por tus formas sumergidas en aguas superfluas,
por tu cintura sostenida contra mil humanidades,
por tus alas de acuarela.
Poca vergüenza aún me queda,
pero aún quiero salir cual incendio abrumador,
pero aún solo en las llamas de tu boca encuentro satisfacción,
pero aún solo en tu cuerpo de Cleopatara se erige mi existencia,
poco sol aún me queda.
Ya derrumbaste las estatuas del amor monógamo,
todos los dioses de la exclusividad derrocaste,
tu polen se esparció entre todos tus cazadores,
y la pena se encoge entre las perchas.
En el cielo mi reputación forma figuritas de algodón,
El camino a casa se ha perdido o tal vez nunca existió,
Ese amor que se jura en el altar fue remplazado por un cuarto de motel,
queda la calle mojada buscando todavía un resplandor.
Jugando a ser libre me bebí toda mi juventud,
luchando por ser libre termine esclavo de tus instintos,
el bufón golpeando mi puerta,
el duende forzando mis libros,
los tréboles vuelan con la brisa del río,
hoy me sostengo en el sueño de volver a nacer entre moretes y un té de wayusa,
para regresar al inicio y no volver jamás!
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