Esta es un historia con recuerdos muy pesados de llevar, aquì estoy, escribiendo desde lo màs alto de los àrboles, con mi gato a mi lado y el cielo azul despejado. Que abra al otro lado del universo?, mi mente deambula ahora en el infinito.
Esa es una historia de mi pasado, se vuelve odioso insitir en mì, como que el "mí", se va convirtiendo en odiosa tendencia, en egoísta siniestra, pero la verdad es esta: he amado con intensidad, confieso que he entregado mi pasión a una sola dama, mis alegrías han sido constantes a su lado, pero sin querer he perforado mi alma en ese intento, yo no conozco otra forma de amar que no sea esa; jamás me detuve a peguntarme a mí mismo como estaba, ni siquiera me fije en mi existencia; he acumulado muchas desdichas tratando de hacerle feliz, por que me olvide de mi propia presencia.
Hoy desde estas primeras horas de exilio voy sintiendome en paz, aunque deberìa estar llorando. Ella que ha tenido la dicha de haber rosado con su piel, muchas mieles, debe ha esta hora estar feliz y satisfecha de haber encontrado un amor como el mío, le ayude a volar, confieso que jamás la detuve, fue la mujer más libre de la cofradía, no puede quejarse, no debería humillarme, tampoco podemos negar que la balanza siempre estuvo a su favor.
Hoy desde mi casa de madera resuelvo que mi soledad es mi bandera, desde el escritorio del cielo declaro mi rebeldía, tú quisiste que solo yo perdiera, yo me canse de ser el eterno perdedor, tú solamente quisiste que la diversión sea exclusivamente para tí, cuando finalmente encuentro la manera de equilibrar nuestra relación, me pides que pare, que me detenga.
Es irónico mirar como al maestro que te enseño a volar, le quieras ahora las alas cortar.
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