-¿Está alojada aquí Estela Gonzalez y Anthony Jimenez?
-Si señor,¿En que le podemos ayudar?
-Necesito dejarle un recado urgente
-Ya le llamo para que salga, espéreme un minuto
-Si señor,¿En que le podemos ayudar?
-Necesito dejarle un recado urgente
-Ya le llamo para que salga, espéreme un minuto
La puerta de la habitación del fondo se abre, dentro de ella sale una joven mujer, de piel canela, de cuerpo atractivo, camina modelando su jean apretado, sigue con seguridad hasta el vestíbulo del hotel, hasta que se detiene sorprendida, es su esposo quién la está esperando.
-¿Que haces aquí?
Toma el brazo de Santiago y lo lleva afuera del hotel.
-Tranquila no voy hacerte un escándalo, solo quiero preguntarte algo
-Esta bien Santiago, pero salgamos afuera
Tembloroso, nervioso y casi tartamudeando le propone:
-Puedo olvidar toda esta locura que estás haciendo, si te vas conmigo y empezamos de nuevo te prometo que esto no contara.
-Por que me haces esto Santiago
-Escoge Estela, ¿Te vas conmigo o te quedas con el?, te voy a esperar aquí afuera del hotel.
-Esta bien Santiago, pero salgamos afuera
Tembloroso, nervioso y casi tartamudeando le propone:
-Puedo olvidar toda esta locura que estás haciendo, si te vas conmigo y empezamos de nuevo te prometo que esto no contara.
-Por que me haces esto Santiago
-Escoge Estela, ¿Te vas conmigo o te quedas con el?, te voy a esperar aquí afuera del hotel.
Santiago cruza la pequeña calle de piedra, se dirige a la heladería que se encuentra frente al hotel, antes de llegar a la otra vereda, ella le grita:
-¡Me quedo Santiago!
El regresa a verla, se da la vuelta y cruza de manera frenética a enfrentarla:
-¿Estás hablando en serio?, vas arriesgar esta familia y este matrimonio por él
-¡Si me quedo!
-¡Si me quedo!
El se dirige a la puerta del hotel violentamente a buscar a Antonhy el joven amante de su esposa.
-Entonces déjame decirle en la cara a ese tipo que gracias a él mi matrimonio, mi familia y mi vida se destruyó.
Ella le toma con fuerza su brazo para detenerlo, el más fuerte que ella logra safarse, en un acto desesperado exclama a pocos pasos de que Santiago ingrese por la puerta del hotel:
-¡Esta bien me voy contigo pero no hagas un escándalo!, espérame afuera, ya saco mis cosas.
-No, Estela te espero aquí, en la puerta del hotel!
-Esta bien pero no te demores.
-No, Estela te espero aquí, en la puerta del hotel!
-Esta bien pero no te demores.
Ella no quería arriesgar su reputación, así sea en otra ciudad donde nadie la conocía, no estaba dispuesta a enfrentar un escándalo, o ver como dos hombres terminaban moliéndose a golpes por ella, en la calle estrecha frente al hotel donde Santiago la descubrió con su amante nadie la conocía pero no le interesaba tampoco que la conozcan de esa manera.
Ella vuelve a ingresar al hotel, cruza la recepción, la sala de espera, camina por el callejón con dirección al dormitorio donde se encuentra su amante, abre la puerta, su corazón late con fuerza, su cabeza no para de dar vueltas, el amante la espera en la habitación, él le pregunta angustiado:
-¿Que pasó?
-Es mi esposo esta afuera esperándome, esto se acabó Antonhy, esto es una locura, discúlpame, esto no debió haber pasado, discúlpame por este mal momento y gracias por todo.
-Es mi esposo esta afuera esperándome, esto se acabó Antonhy, esto es una locura, discúlpame, esto no debió haber pasado, discúlpame por este mal momento y gracias por todo.
Se dan el último beso apasionado y se despiden.
Afuera desesperado Santiago no deja de mirar a través de la puerta de vidrio de la entrada del hotel a la puerta de la habitación, finalmente sale Estela de la habitación, él siente alivio, pensó por un instante pensó que no saldría.
La recepcionista se asombra de ver a Estela cruzar con su equipaje, apenas hace una hora que se hospedó con su pareja y ya se va.
Ahora se va dejando solo a su acompañante en la habitación del hotel para irse con otro que lo espera en la puerta.
Por la mente de la recepcionista cruzan montón de historias, todas lejos de la realidad, la verdad es que Santiago esposo de Estela estaba recuperando a su esposa de los brazos de su amante, esa opción nunca estuvo en la mente de la recepcionista, ni de nadie esa tarde, con su mirada sigue asombrada los pasos de Estela, quién abre la puerta del hotel y se marcha con Santiago.
Ella sube al auto de Santiago, el silencio de Estela durante los primeros minutos creó un ambiente muy asfixiante durante el viaje.
Fue cuestión de que trascurran los primeros kilómetros, para que Santiago se de cuenta de lo que estaba haciendo, estaba llevándose obligada a la casa a su esposa, ella ya le había dicho que se quería quedar con él, ella ya había escogido su destino, pero el dolor y la ira no le permitía prever a Santiago que de ahí en adelante todo sería un infierno en su vida.
Ella se marchaba con el solamente por evitar un enfrentamiento y un escándalo entre su amante y él.
Los siguientes días pasaron casi con total normalidad, ella y él madrugaban a su trabajo, almorzaban juntos, en la noche preparaban la cena, miraban una película y juntos se acostaban a dormir abrazados.
Parecía que atrás se iba quedando el triste episodio del hotel, el dolor de Santiago se iba disipando con los días, ella trataba de simular toda la rabia que sentía por él, había sido un duro golpe para ella, le habían arrebatado a su joven amante, no sabía nada de él, no tener noticias de Anthony no le dejaba estar tranquila, cada vez recordaba la manera en como Santiago le obligó a marcharse con el, a la casa, no dejaba de pensar en las apasionados encuentros con su amante y en lo que mucho que extrañaba escaparse con él.
Parecía que atrás se iba quedando el triste episodio del hotel, el dolor de Santiago se iba disipando con los días, ella trataba de simular toda la rabia que sentía por él, había sido un duro golpe para ella, le habían arrebatado a su joven amante, no sabía nada de él, no tener noticias de Anthony no le dejaba estar tranquila, cada vez recordaba la manera en como Santiago le obligó a marcharse con el, a la casa, no dejaba de pensar en las apasionados encuentros con su amante y en lo que mucho que extrañaba escaparse con él.
Estela durante algunos días estaba ausente, hacía todo mecánicamente, en el trabajo, en la casa, había cambiado su forma de ser de manera tal que todos se daban cuenta menos ella, Santiago entendía todo lo que le pasaba a su esposa, se había enamorado de alguien mucho más joven que él, pero a pesar de saberlo quería intentarlo, sufría en silencio.
Estela había conocido a su amante apenas hace tres meses, lo conocía desde hace tanto tiempo era el pequeño Anthony hijo de la dueña de la única farmacia que había cerca de su trabajo, lugar al que siempre acudía por su rinitis, nunca se había fijado en él, hasta que el pequeño se hizo un hombre y empezó a coquetearle, le emocionaba tener una aventura con esa señora hermosa y elegante que siempre le comparaba a mamá.
En medio de la rutina de su matrimonio Estela se sentía cómoda con los halagos del joven, le había impactado su forma galante de filtrear, hasta que finalmente accedió a salir con él y desde ese momento ella ya no sería igual, su forma de hacer el amor tan apasionada le flecho de inmediato, además de su joven y bello rostro le gustaba la forma tan caballerosa de tratarla, era el hombre que necesitaba para aumentar su ego y sentirse nuevamente deseada, le preocupaba su edad, estaba a punto de cumplir 40 años y encontrar a un amante de apenas 20 años le hizo perder la cabeza desde el comienzo.
Solo después de que llegó la tormenta, se puso a imaginar como sería su mundo sin Santiago, con su esposo iba a cumplir 8 años de matrimonio y aunque no tenían hijos, no dejo de pensar en que sería de su vida sin él, en apenas segundos de cordura se proponía a no perder el calor del nido formado pero luego recordaba a su joven amante y volvía a enojarse con Santiago.
Estela había conocido a su amante apenas hace tres meses, lo conocía desde hace tanto tiempo era el pequeño Anthony hijo de la dueña de la única farmacia que había cerca de su trabajo, lugar al que siempre acudía por su rinitis, nunca se había fijado en él, hasta que el pequeño se hizo un hombre y empezó a coquetearle, le emocionaba tener una aventura con esa señora hermosa y elegante que siempre le comparaba a mamá.
En medio de la rutina de su matrimonio Estela se sentía cómoda con los halagos del joven, le había impactado su forma galante de filtrear, hasta que finalmente accedió a salir con él y desde ese momento ella ya no sería igual, su forma de hacer el amor tan apasionada le flecho de inmediato, además de su joven y bello rostro le gustaba la forma tan caballerosa de tratarla, era el hombre que necesitaba para aumentar su ego y sentirse nuevamente deseada, le preocupaba su edad, estaba a punto de cumplir 40 años y encontrar a un amante de apenas 20 años le hizo perder la cabeza desde el comienzo.
Solo después de que llegó la tormenta, se puso a imaginar como sería su mundo sin Santiago, con su esposo iba a cumplir 8 años de matrimonio y aunque no tenían hijos, no dejo de pensar en que sería de su vida sin él, en apenas segundos de cordura se proponía a no perder el calor del nido formado pero luego recordaba a su joven amante y volvía a enojarse con Santiago.
Ella se había acostumbrado durante todos estos años a sentirse segura junto a él, no sabía como vivir si esa seguridad, esa estabilidad que le brindaba Santiago sabía que era difícil de encontrarla en otro hombre.
El lograba siempre frente algún desequilibrio emocional calmarla, llevarla nuevamente a su curso original, le aterraba que el no estuviera ahí para hacer lo de siempre, calmar las aguas turbias de sus problemas emocionales,
Pero con la facilidad de que salia ahora herido en cada charla o encuentro con ella, Santiago empezó asustarse, los sentimientos que estaba experimentaba no eran buenos, ahora sentía ganas de huir de ella, de fugarse de esa casa, si seguía sintiendo tanta angustia ahí, él sabía que iba a terminar suicidándose.
Vivir junto a un fantasma en la casa no era lo que él justamente se imaginaba como un hogar, esta no era una nueva oportunidad, ella estaba acabando con la poca fe en la humanidad que él aún tenía, este era el fin tal vez un trágico fin.
La frialdad de Estela en los siguientes días fueron intensos y determinantes para la decisión que Santiago finalmente tomaría con su vida, la falta de cariño y tener sexo por obligación marital le estaba destruyéndolo de a poco.
El suplicó clemencia durante mucho tiempo, perdió su dignidad, pidió amor, le lloró a Estela como un niño pidiendo que lo ame, ella prometió amarlo, pidió perdón, pero ella no pudo hacer más que herirlo mortalmente una y otra vez.
El cumplió su promesa, terminó suicidándose, ella lloró en su funeral, el se fue al infierno seguramente, ella también sintió el fuego pero ese que quema por dentro y en la tierra.
En la puerta de aquel hotel se quedó para siempre el alma en pena de un hombre enamorado de su esposa, dentro de la habitación en cambio se quedó la ilusión de un amor prohibido y adolescente, en la casa de Santiago en cambio permanece una viuda enfadada por no haber contenido las ganas ni haber valorado el amor verdadero.
En el hotel jamás supieron que es lo que realmente sucedió esa tarde fría de verano, tampoco quisieron saber más, les basto con que la cuenta estaba pagada y que el solitario joven de esa habitación salió como un alma en pena con los primeros rayos del sol al siguiente día.
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