Todo lo que escribí sobre la lluvia de Puyo cayó aquí

La mano de mi abuelita me lleva entre al aguacero,
hasta una ciudad distinta, donde se vivió sin miedo.


Sin rejas en las ventanas, sicarios o pordioseros,
ni arañas haciendo nidos en nuestra ilusión y sueños.


🆂🅴🆁 🌿 🅿🆄🆈🅴🅽🅲🅴 🅴🆂...

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Estar siempre preparados emocionalmente para la lluvia, no importa que mes del año o día de la semana sea, siempre puede llover, incluso si sale el sol. Aún así este es el mejor clima del mundo, ni extremo calor, ni congelador frío.


Mi lluvia favorita 

Son estos días grises, donde la lluvia tenue no para, las 24 horas del día el agua incesantemente cae mojando todo sin piedad, no es un torrencial aguacero, es aquella fina lluvia como el filo de un estilete, parece inocente y tierna pero no se confundan es salvaje, se mete por los poros, se cuela de tus huesos, aumenta el caudal de manera traicionera, los ríos se desbordan, las montañas se derrumban, grandes árboles son arrastrados por la corriente, el sol le tiene miedo, el calor no es buen amigo, el agua acumulada en el cuerpo da soroche, está es mi lluvia favorita, tiernamente exótica, tiernamente brutal. Tenuemente hermosa.


Puyo la lluvia es la melodía de cada día

Existe un lugar en Ecuador donde la lluvia es la melodía de cada día, donde el sol calienta con ardor, mi lluvia favorita es la que cae tenue acariciando esta selva y su inmenso jardín lleno de verdor.
Hay días en los que también me conmueve la fuerza de su furia, como olas salvajes, cielo roto, espanta miedos, pájaro empapado.
Un lugar a 4 horas de la capital, un lugar que es el paraíso tropical del país, 8 lenguas diferentes, donde vale la pena vivir, su patrimonio...su inmensa naturaleza...ese lugar es Puyo, mi hogar, capital de la provincia más grande del Ecuador

Si la lluvia de Puyo tuviera edad, ¿Cuántos años tendría?

Yo digo que los años de un adolescente donde germina la rebeldía, o la de un bebé curioso y feliz de la vida, pero hay lluvia también que se parece a la lenta agonía, como que los años ya son pesados y el agua cae lenta como letanía, hay lluvia que es agresiva y salvaje como el ímpetu del joven amante aprovechando las horas con su pareja antes de que acabe el día.
Hay lluvia que es como la infancia, alegría como la tibia garúa que permanece presente hasta que muera el día.
Hay lluvia intensa que termina enseguida como el furtivo beso robado de una mujer al que no es el hombre de su vida.
La lluvia se parece a los sueños que se escapan por la rendija de una ventana y que caen finalmente desbordados en una alcantarilla.
La lluvia también se parece a una triste película que transcurre en medio de una implacable pandemia que no termina.
La lluvia son lágrimas recogidas para ser transformadas en semillas.
La lluvia es vida y muerte caminando juntas de la mano en un periplo del cual ninguna se separa hasta que haya muerte o de ella resurja la vida.

Puyo con lluvia
Puyo con lluvia y neblina gris en las mañanas evoca paz pero también nostalgia, la lluvia nos lleva de viaje por la memoria, devorando los hechos del pasado o los hechos fabricados apurados en el futuro que no existe.
Puyo con lluvia, es también fiesta a los sentidos, en especial en aquellos lugares donde se alojan los flashes y los aromas de las orquídeas de la cabeza de los recuerdos.
La lluvia de Puyo es también tristeza, la lluvia es dulce sinfonía, como el canto mojado de una tangara paraíso, cada gota esquivada por el hábil tangara entretiene nuestro agitado corazón desde la ventana.
Con la lluvia todo está en suspenso para el hombre de la selva, nadie sale de su guarida, los humanos protegidos en los zaguanes, algunos esperamos nada y la nada puede ser buen augurio para dejar el apego atrás.
Puyo con lluvia, es una inmensa carga pesada de fuertes sentimientos, emociones atrapadas entre grandes moretes, pigues, balsas, guabas, chontas, mientras el río Puyo como nuestra vida no se detiene, sigue caminando con prisa hasta morir en las aguas turbulentas del gran Pastaza, para terminar su largo viaje en el Amazonas o en nuestro caso rumbo a la eternidad.

Llueve por el Piatua

La lluvia que cae con violencia, el agua que baja con venganza desde la cordillera, los ríos cargados con toneladas de ira, una fuerza brutal que se puede sentir en la vía, el cielo gris, la gente asustada, se ponen nerviosos, no saben que pasa, por la radio las alarmas están encendidas, ¿que pasa?...pasa que le sentenciaron de muerte al cristalino río Piatua, un juez sin alma, pero nada de lo que pasa afuera de la sala es al azar, todo lo que vemos es una señal, primero la muestra de una humanidad sin humanos y segundo una Madre Tierra gritando justicia.

El Príncipe de la Luna

En un reino lleno de lluvia y de plantas gigantes que van hasta el cielo, vivía un tierno príncipe con nombre de Luna.
Su sola presencia hacía trinar las más hermosas melodías de los tangaras, hacía más verdes las hojas de bijao, hacía más brillantes los rayos del sol, más fragantes las orquídeas y flores.
Su casa tenía un letrero tatuado en el lado izquierdo del corazón que decía:
"Aquí tenemos problemas, pero hemos decidimos disfrutar más de las cosas buenas como nuestro verde reino y ser felices con nuestros hermanos los animales y plantas."

Crónica de la lluvia a las 07H00 


La lluvia es el canto de esta mañana en Puyo (nube en kichwa), los niños, niñas, hombres y mujeres corren apresurados para protegerse del agua, son las 07H00 de la mañana y la ciudad se moja toda, los taxis cruzan apresurados por las esquinas llenos de clientes, las llantas de los vehículos chocan contra las micro lagunas de agua del pavimento creando olas de agua que bañan al primer despistado en la acera, mientras tanto las sirenas de las escuelas indican que el tiempo de ingreso ha terminado y que las puertas están a punto de cerrarse.


El frenesí llega al éxtasis, los últimos saltos en los charcos, los zapatos llenos de agua por dentro, el último esfuerzo para llegar a la puerta de la escuela, la hermana mayor carga la mochila rosa de ruedas de su hermana y aceleran el paso, el padre con paraguas y de la mano de su hija llega antes de que se cierre la puerta, las busetas escolares frenan a raya frente a la escuela y del interior salen a velocidad decenas de niños controlados por el tiempo.


Esta lluvia tenue que cae, saben todos en la ciudad, que es señal que lloverá todo el día.


El saludo cambia en las calles ahora todos al encontrarse dicen: "Por qué llora pues vecina" el receptor responde: "Usted ha llorado toda la noche vecina por eso ha llovido", relacionamos la lluvia con la tristeza, las gotas del agua con nuestras lágrimas, justificando al clima nuestras penas y desencantos, sin saber que la la pertinaz lluvia tropical que cae en Puyo regularmente es solamente fiesta y felicidad para la selva y los animales.
Los Alcaldes Ogros
Había una vez un pueblo lleno de niebla y lluvia, pintoresco pueblo gobernado por ogros que odiaban a los gigantes moretes (palmas), se molestaban con ellos porque eran más grandes que ellos y no precisamente en estatura.
Un día decidieron declararles la guerra, así fue como terminaron por talar a todas las gigantes palmas de morete del pueblo, un día les tocó el turno a las palmas de la entrada del Parque Acuático, tal vez las últimas que quedaban, dicen que la tala fue hecha con permiso del tenebroso Ministerio del Ambiente. En esta historia no tienen la culpa los alcaldes (ogros), sino quienes les eligen. FIN
Día tres
Lluvia que rejuvenece, sudor que desintoxica, comida que sana, selva que respiro, calles mojadas por donde corro, mezcla ideal, vivir como si fuera el último día nuestra vida.
Puka Jaguar
Puka Jaguar fue sepultado sin su voluntad hoy a las tres y quince, bajo las faldas del Volcán Tungurahua en la Parroquia El Altar provincia de Chimborazo, bajo una pertinaz lluvia inusual, lluvia traída desde Puyo, lluvia que pregona que sus restos un día se convertirán en lava y serán expulsados por su cráter hasta llegar a Puyo, para en forma de cenizas estar junto a su amada Warmi. Así de rebelde e indomable era mi amigo Hugo Medina.

La lluvia y el amor
Cae como siempre una lluvia torrencial en Puyo, pero algo rompe la monotonía del centro de la ciudad, una pareja de amantes se baña bajo el chorro de agua que cae de un tubo blanco improvisado de un techo a medio andar, a ellos no les importa que la gente comente o se pare ruborizada a cuestionar su felicidad, yo debajo de mi paraguas miró extasiado la escena, confirmando que el amor si existe, especialmente si es bajo la lluvia tibia de mi ciudad. La lluvia de Puyo es más romántica que la que cae en los Campos Elíseos rumbo al Arco del Triunfo en París.

Día 23
Todo se funde lentamente en la neblina de lo incierto,
toda niebla se posa en lo alto del bosque afanosamente,
para difuminarse al amanecer,
igual que nuestra mente,
como un abandonado puerto.
Pero cuando el cielo se despeja,
y el sol poco a poco nos vuelve a despertar,
llega una lluvia de lamentos,
una tormenta de caos y deseos,
el agua nos desgarra nuevamente los sueños.
Se incendian los instintos,
y salimos del sarcófago otra vez,
para vivir los mismos tormentos.
Algunos armados de historias y secretos,
otros de rutina, depresión y recuerdos
Aquí siempre es invierno o diluvio,
cielo o infierno.
Mil excusas para escapar del viento,
para deambular enfermo,
para bajar el telón en un solo momento,
y para siempre...
hacerse el tuerto


La lluvia de mi infancia


De niño aprendí a disfrutar de la lluvia, eran esos días en que no le tenía miedo a mojarme ni ser feliz, aprendía a jugar pelota bajo un pertinaz aguacero en el Complejo Libertad, a nadar en el río Puyo con las gotas gruesas cayendo encima de mi cabeza, aprendí a caerme en la arena de kilo y levantarme mil veces para seguir jugando, aprendí a volver cansado a casa de mis abuelos para bañarme, comer y rezar con la abuela, aprendí a terminar el día acurrucandome en la cama de Doña Georgina, relajandome con la tierna música de la lluvia que golpeaba sobre el zinc de su gran casa de madera asentada a una orilla de la empedrada calle de la Ceslao Marín.


The Rainy Kingdom


Lluvia de enero a diciembre, nos levantan las dulces melodías que ingresan por la ventana, no solamente son las bandadas de oropéndolas, también es el sol que nace al este de la selva de montaña, desde donde nacen todos los ríos cascadas y lagunas que por ahora vuelan por el cielo de la selva


Se escuchan a lo lejos en medio del humo de una wasi cantos y ritos de purificación y sanación de los hijos del bosque, son sueños ancestrales de este inmenso jardín de tucanes.


Sólo quien logra entender el paraíso donde vivimos, nunca vuelve a ser igual, por que no todo el mundo tiene el privilegio de nadar en fuentes cristalinas de agua dulce, no todos tienen el privilegio de ser vecino de delfines rosados y gigantes anacondas.


Se escucha a lo lejos cientos de pies golpeando la tierra al ritmo del tambor hecho de piel de kishkillu, mientras todos beben la bebida sagrada de Amazanga.


Los que se sientan en las piedras a orillas del río, disfrutan de las picadas de diminutos peces que se deleitan al comer la piel muerta de sus pies desnudos.


Los martines pescadores vuelan a ras del río nublado.


Las semillas de moretes caen sobre la cabeza de las guantas, guatusas y guatines.


No todo el mundo tiene el privilegio de acurrucarse en una hamaca frente al paraíso.


No todos tienen el privilegio de tener como ducha una cascada que baja de los Llanganates.


Se escucha a lo lejos las semillas haciendo música, son los tobillos de las Nuas bailando sin cesar.


Sólo quién logra entender el paraíso donde vivimos, vuelve siempre a visitarnos.


Yuca, papa china, chontaduro, guayabas yacen en el medio del suelo.


Se escucha a lo lejos las sonrisas de los churis y ushuis corriendo libres por la selva, son los herederos de este inmenso pulmón de la humanidad.


Lluvia de enero a diciembre, nos acostamos a dormir con los cantos suaves y agresivos del agua en el techo, no solamente son los insectos y aves que exhiben sus cantos nocturnos, son también los espíritus de la selva; Amazanga, Juri Juri, Sacha Runa.


¡Este es el Reino de la Lluvia, Rainy Kigdom, bienvenidos!



La lluvia de la Madre Selva


Al cerrar los ojos exhaló el cálido aire que me rodea,  dejó que las primeras gotas del aguacero caigan en mi cara, siento un placer indescriptible al escuchar a los grillos cantar y al agua chocar contra la piedra,  cierro los ojos por qué puedo así sentir mi espíritu regocijarse de éxtasis al saber que se siente bien estar en la selva. 


No exagero al afirmar que este es el mejor lugar para un poeta, pero también lo es  para el cansado trabajador. La pausa es vida, parar es importante para el alma, la demente carrera por ser alguien en el mundo nos corta la meta más alta: ser feliz, la felicidad no está en los placeres que ofrece el mundo, la felicidad está en encontrar la paz. Esa paz que encuentro siempre en la lluvia de la Madre Selva.


Lluvia con aroma de orquídeas


Está es la ciudad donde me gusta vivir, no tiene grandes centros comerciales, ni autopistas, ni metro, ni pistas de hielo, ni Mac Donald's, ni rascacielos ; pero tiene una inmensa selva por descubrir, las mejores noches estrelladas, ríos donde ir a nadar, delicias que degustar (Mercado de los Plátanos), gente sencilla con quién siempre puedo conversar y la lluvia casi diaria con aroma de orquídeas que me encanta disfrutar.


Puyo ciudad neblina en medio de la selva a dónde siempre quiero regresar.